Muchas veces en la empresa nos quejamos del coste de la tecnología que hemos implantado, que nos permite gestionar nuestro negocio, los pequeños inconvenientes que puede tener, etc. Pero lo cierto es que llega un día en que esta tecnología no responde como es habitual. Es entonces cuando empezamos a valorar el ahorro de costes que nos facilita su implantación. No hablo ya de aquellos que suelen comentar cuando algún sistema o hardware no funciona "Esto antes con el papel no pasaba", sino de los demás que se dan cuenta del problema que supone para la productividad de la empresa.…